Con motivo de las fiestas de santa Eulalia, Barcelona ha celebrado sus noches de arte y luz. Y nosotros no nos lo quisimos perder.
Un año más, la ciudad se vuelve un poco más oscura para crear recorridos mágicos con pequeñas estructuras lumínicas. Sábanas, neones, leds y música para despertar a los sentidos, se descolgaban de patios y jardines para hacernos volver a las sombras del gótico, a la realidad de los edificio más emblemáticos; trasladándonos a un lugar imaginario, inexistente en los atlas, propio del sueño.
El frío acompañaba a la melancolía del recorrido. Las calles oscuras y viejas nos iban arropando en la distancia que separba a cada punto del mapa. La parada oficial era en la plaça sant Jaume donde se proyectaba un divertido vídeo mapping elaborado por Playmodes Studio: «Colorama», unas partículas de colores que se adueñan del palacio de la Generalitat.
Una aventura para explorar la noche condal de una forma única.
Fotografías: dos poetas malditos, 2017. ©